Como la limpieza facial te ayuda a mantener a raya la suciedad provocada por las 500 veces que te tocas la cara al día

¿Has probado alguna vez a abrillantar el coche sin antes pasarlo por el túnel de lavado? ¿A fregar sin barrer? ¿A encerar la tabla de surf, sin haberle retirado la suciedad de la vez anterior?

No parece nada lógico verdad. ¿Abrillantar el coche cuando está lleno de barro? ¿A quién se le ocurriría? No sería más que retener y generar una capa más de suciedad.

Pues déjame que te diga, que eso es lo que haces en tu cara cuando simplemente te aplicas cremas, pero no la limpias antes. ¿Cómo te quedas? Visto así, se ve más claro ¿verdad?

Piensa en las veces al día que te tocas la cara (si nunca has sido consciente de ello, ya te adelanto que según este estudio, entre 300-500 veces). 

Te pasas la mano por la frente, te atusas la barba o apoyas la mejilla en el puño. Todo ello después de trastear con el móvil, las llaves, los botones del ascensor, las pesas del gym… ¿te haces a la idea verdad?

Toda esa suciedad se va quedando impregnada en tu cara.

De ahí esa sensación incómoda que puedes experimentar según va terminando el día. Con picor incluído.

Para tener una piel sana y bonita, todo pasa por el primer paso (como todo en esta vida); la limpieza. Hace tiempo Naiara me dijo una frase que se me ha quedado grabada “sin limpieza, no hay belleza”. Y cuánta razón.

Evidentemente te recomiendo nuestro limpiador facial RESET, de textura jabonosa y aroma amaderado a bosque. 100% natural y con el 86% de sus ingredientes de procedencia ecológica.

• Te ayuda a eliminar las impurezas y equilibra la grasa de tu piel sin irritaciones gracias al hidrolato de lavanda, que limpia los poros y regula el exceso de sebo, a la vez que relaja la piel y la equilibra. Manteniendo el pH natural.

• Al cedro que elimina toxinas, desinfecta y favorece la circulación de la sangre. 

• Y al aceite esencial de limón, que aporta su poder antibacteriano, antiséptico y protector de capilares. Además de una agradable sensación de frescor.

Puede que este paso clave haya sido el culpable de no verte bien durante años. Lo sé, yo también he pasado por ello. Y también sé que da pereza limpiarse la cara por la noche o nada más levantarte. Pero una vez se convierte en rutina, no podrás vivir sin ello.

Esa sensación de frescor te revitaliza por las mañanas y te calma por las noches (casi que hasta engancha).